La guerra comercial entre Estados Unidos y China ya no es solo un asunto diplomático: hoy golpea de frente al corazón industrial del gigante asiático. En ciudades como Shenzhen, Dongguan y Hangzhou, donde laten los motores de empresas proveedoras de Shein, Temu y otros titanes del e-commerce, las fábricas han empezado a silenciar sus máquinas.
🚫 Producción en pausa: El precio de los aranceles
Todo comenzó con los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump, que alcanzaron el 145% para gran parte de los productos chinos. Esto desincentivó a los compradores estadounidenses, dejando a muchas fábricas sin pedidos. Desde enchufes y electrodomésticos hasta ropa y kits médicos, el impacto se siente en todos los rincones industriales.
🏭 Fábricas vacías y trabajadores suspendidos
Las imágenes de líneas de ensamblaje vacías inundan plataformas como Douyin. Muchas fábricas han optado por:
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Suspender producción por semanas.
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Recortar horas extra.
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Eliminar turnos de fin de semana.
Por ejemplo, en Dongguan, DeHong Electrical Products ofreció un mes de licencia con salario mínimo, mientras en Hangzhou, Stellarmed directamente invitó a sus empleados a buscar otros trabajos.
📉 Shein y Temu
Los grandes perdedores de esta guerra son plataformas como Shein y Temu, cuya producción rápida y económica dependía casi totalmente de fábricas chinas. Ahora, la interrupción en la cadena de suministro y la caída de pedidos golpean directamente su rentabilidad y capacidad de entrega.
Además, la respuesta de Pekín —un recargo del 125% a productos estadounidenses— tampoco ayuda a calmar las aguas, aunque se rumorea que podrían flexibilizarse algunas restricciones para sectores clave.
¿Camino a una tregua o un desacoplamiento inevitable?
Aunque Trump ha lanzado señales de posible diálogo con Xi Jinping, no hay aún negociaciones formales sobre la mesa. Mientras tanto, el flujo comercial entre ambos países sigue siendo gigantesco: en 2024, EE.UU. importó 420.000 millones de dólares en bienes chinos y exportó 144.000 millones.
Los mercados afirman que ambos países están "condenados a entenderse", pero los daños ya son evidentes. TikTok, servicios tecnológicos y sectores estratégicos seguirán siendo campos de batalla en esta disputa comercial que redefine la globalización.
El futuro de Shein, Temu y cientos de fábricas chinas depende de cómo evolucionen las relaciones entre Estados Unidos y China. Por ahora, las luces se apagan en los talleres, mientras un acuerdo que devuelva la esperanza se hace esperar.
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